“¡No llores, que tú eres muy valiente!”, “¡Deja de gritar!”, “No es para tanto…”, “Va a venir el coco”, “¡Es un rasguñito de nada… deja de quejarte!” …
Seguro que os suenan alguna de estas expresiones tan típicas a la hora de dirigirnos y calmar a los más pequeños, pero ¿cómo algo tan aparentemente inofensivo puede dañar a los niños? Con estas frases negamos e invalidamos el miedo, el enfado, la tristeza y otras emociones, y no les enseñamos como gestionarlo correctamente, sino a través del chantaje, el miedo o la contradicción.
Por nuestra cultura, tendemos a esconder nuestras emociones (sobre todo las desagradables) y a educar a los peques para que también lo hagan, pero para poder gestionarlas de manera correcta necesitamos que desde pequeños nos enseñen herramientas y recursos para autorregularnos.
Así que ¡no nos asustemos!, podemos trabajar para intentar ayudarles de manera mucho más eficaz, amable y conectando con ellos.
Algunos de los recursos para poder hacer esto con los niños son los siguientes:
- Validar la emoción: Les enseña a identificarlas y reconocerlas “Veo que te has enfadado porque…”, “entiendo que estés triste después de lo que ha pasado”.
- Conectar y escuchar sus necesidades: Preguntarles qué necesitan de nosotros, contar una experiencia propia parecida, ofrecerles nuestra ayuda.
- Acompañar su emoción y no ignorarla. Agacharse a su altura, darle una caricia o un abrazo y mostrarle que estás ahí.
- Enseñar alternativas y recursos: Buscar herramientas que les ayuden a afrontar la situación, por ejemplo, buscar formas de calmarse cuando aparece el enfado.
- Ser su modelo.
¿Qué podemos conseguir diferente? Confianza en ellos mismos y en nosotros, poner nombre al miedo, a lo que les enfada o frustra, a lo que les pone tristes, a lo que les avergüenza o a lo que les es desconocido, además de valores de vida positivos.
Espero que os ayuden estos tips para la gestión de las emociones de los más peques.
Cristina Garcés
Muy buen artículo para plantearnos muchas cosas.
Seguir así.
Saludos
Es sumamente interesante el enfoque que se le da al tema. No dejen de subir artículos como este.
Hola Alejandra García
Indudablemente como lo comentabas en el blog, es de suma importancia la manera en como enseñamos a afrontar a nuestros hijos las diferentes situaciones que suelen suceder en el camino de la vida. En muchas ocasiones, nuestra “manera” más rápida de pasar la página en lo que les haya sucedido, es decirle “No pasa nada”, “Solo quieres llamar la atención”, “Ya basta”, entre otras expresiones, que solo mitigan el impacto de lo sucedido, mas no solucionan lo que interiormente suceda en nuestro hijo. Intentar buscar alternativas de solución de estas situaciones pueden ser el cambio que esta sociedad necesita, generando así niños y adultos seguros, capaces, decisivos y no frustrados.
¡Te felicito, el contenido del blog es de gran ayuda para todos los padres que se nos vuelve un poco inmanejable la crianza de nuestros pequeños!