Cómo gestionar el enfado con nuestros niños
Todos nos enfadamos en mayor o menor medida y lo expresamos con mayor o menor intensidad, pero parece que los niños o adolescentes no deben “explotar” de enfado y son muchas las veces que decimos “no te enfades” o “tienes que calmarte”, pero nos olvidamos que ellos por sí solos no saben cómo hacerlo.
Los niños no saben cómo autorregularse ni qué pueden hacer para tranquilizarse cuando se enfadan, por ello debemos enseñarles estrategias que puedan ayudarles en esas situaciones.
Validando sentimientos
Lo primero que debemos hacer es validar sus sentimientos, es decir, señalar su emoción: “Veo que estás enfadado porque te has peleado con tu hermano” para ayudarle a reconocer e identificar su enfado y cómo se siente.
También puede ayudarle que nosotros verbalicemos cómo nos sentimos en diferentes situaciones para ayudarle a identificar las emociones en los demás.
Permite el enfado
Normalmente les decimos que no se enfaden o cosas como «los niños que se enfadan son feos», «es una tontería por lo que te has enfadado», pero con esto no les ayudamos, todo lo contrario, porque para ellos sí que es motivo de enfado y debemos respetarlo. Podemos decirles:
“Todos tenemos derecho a enfadarnos y tener nuestros sentimientos. Lo entiendo, yo también me enfado muchas veces”.
¿Qué puede hacer cuando se enfada?
Un aspecto muy importante es enseñarles herramientas que puede utilizar para calmarse cuando están enfadados. Os dejo algunas de ellas:
- Soluciones aceptables: “¿Te ayudaría golpear el cojín o la almohada? ¿Quieres gritarle al oso de peluche? ¿Te ayudaría dar saltos en el pasillo? ¿Quieres dibujar y expresar tu enfado?”
- Mostrar ayuda, «¿Hay algo que pueda hacer por ti?» «¿Te puedo ayudar de alguna forma?»
- Ofrecerle un abrazo, no hay nada más valioso para un niño que el poder de un abrazo. Si os dais cuenta he dicho «ofrecer», no «dar», porque hay veces que queremos abrazarles pero a ellos no les apetece o no están listos en ese momento, lo que puede provocar que su enfado aumente o que se pongan más nerviosos. Les podéis decir «Ana necesito un abrazo» (tú como mamá/papá lo necesitas no él), si responde que no, le vuelves a decir «Ana necesito un abrazo», si dice que no de nuevo le respondes «Yo voy a seguir necesitando un abrazo cuando estés listo/a me lo das». Esto no va a evitar la rabieta, pero puede reducir su duración así como tener un final reparador para el niño.
- Rueda de opciones, es una herramienta de Disciplina Positiva que se realiza con el niño y se piensan alternativas de cosas que le podrían ayudar a calmarse en momentos de enfado, las escribimos y se construye la rueda de las opciones en una cartulina, la cortamos en forma de círculo y lo dividimos en tantos quesitos como opciones tenemos. Después los niños escribirán o dibujarán sus opciones.
- El emocionómetro les ayuda a medir la intensidad de su enfado para detectarlo y ponerle valor. Dibujamos un termómetro y lo pintan, se ponen diferentes niveles como «explotando, muy enfadado, enfadado, nervioso, calmado» y les ponemos numeración, puede ser del 0 al 5, o del 0 al 10. Esto ayudará al niño a identificar su grado de enfado.
- El bote de la calma es un recurso que ayuda a los niños a calmarse.
En el siguiente enlace Libros sobre emociones, tenéis diversos materiales para trabajar emociones en casa.
Espero que os ayude en casa con vuestros peques.
Un abrazo
Alejandra