¿Qué es una crisis vital?
A lo largo de la vida hay etapas más complicadas de transitar, puntos de inflexión que marcan un antes y un después. Son situaciones que marcan la vida de una persona.
En muchas ocasiones los recursos que han servido en otros momentos vitales no son suficientes y es necesario reaprender nuevas fórmulas para enfrentar esta nueva etapa. Es frecuente que se necesite reordenar las áreas vitales, su dedicación a cada una, las prioridades y necesidades propias.
Estas crisis vitales suponen cambios importantes, a veces esperables y otras surgen de repente. Por ello pueden ir acompañadas de desconcierto, incertidumbre, sensación de falta de control e inseguridad.
Tipos de crisis vitales
Dentro de las crisis vitales hay dos tipos:
– Crisis evolutivas: son las esperables y normativas, correspondientes a la edad o momento vital que se espera, como, por ejemplo: la adolescencia, la maternidad/paternidad, la jubilación…
En este caso las crisis pueden ser de menor intensidad mayor sensación de control porque ya se preveía lo que iba a suceder. En este caso es positivo anticiparse a la situación, informarse sobre lo que puede ocurrir y comenzar a trabajar sobre ello para estar preparado.
– Crisis situacionales: son las que se dan de repente y no se esperan, como, por ejemplo: pérdida de un ser querido, separación, pérdida laboral, crisis existenciales personales…
En este caso, no prepararse psicológicamente para lo que puede suceder complica el proceso. Por ello se necesita tiempo para reconocer y aceptar todo lo que está ocurriendo en esta etapa.
Cómo afrontar una crisis vital
Sea del tipo que sea es bueno recordar que se trata de una etapa más en la vida, como algo transitorio con su inicio y su fin. Te ayudará recordar otros momentos de tu vida en los que también hayas atravesado dificultades similares y te ayudaron a ser la persona que eres ahora.
En una crisis se pueden vivir muchas emociones, en ocasiones descontroladas o desbordadas. Es bueno darles su lugar, sentirlas, aunque no sean agradables, para que te permitan continuar avanzando.
En cualquier cambio la adaptación a lo que está ocurriendo es positiva. Cuando sientas cierta serenidad dentro de la etapa, puedes comenzar a ver cómo es esa etapa con más distancia, qué opciones tienes, cuáles son tus recursos y si necesitas de otros apoyos para afrontarlo.
Recuerda comunicar cómo te encuentras a otras personas que en ese momento pueden servirte de apoyo. Hablar sobre lo que sucede con personas de confianza ayuda a disminuir el malestar, además pueden darte ayudar si la necesitaras.
¿Cuándo buscar apoyo psicológico?
¿Te sientes bloqueado/a o superado/a por una situación? Estamos aquí para ayudarte. Contacta con nuestro centro de psicología en Zaragoza y da el primer paso hacia tu bienestar.